Viendo el video( valga la redundancia) que habla de Rafael Valencia, quien trabajaba en la finca de Virgilio Baute, compuso la canción " La Caja Negra", por su experiencia del con el patrón, donde expresa: " El hombre que trabaja y bebe déjalo gozar la vida..."., me motiva a escribir el presente artículo por el tema espiritual, que hay allí inmerso y que ahora vive la sociedad por culpa de los religiosos, entendidos como sacerdotes, pastores y demás nombres o apelaciones. Lo anterior con mucho respeto, porque si hay algo que ofende es que le hablen mal a uno de su líder religioso y/o de su doctrina.
Mas, según mi teología, el verdadero trabajo de un sacerdote o como se llame es el de llevar al despertar espiritual a las personas, algo así como "lo hacen" los "maestros orientales". y que por lo visto, no están haciendo. Y no lo están haciendo porque se observa por todos lados la perdida del respeto hacia Dios, Las religiones y los lugares de oración.
En mi lectura, con el paso del tiempo, los espíritus se van haciendo más fuertes y despiertos, por ello los niños cada vez son mas activos desde mas cerca de su nacimiento. esto se da tanto, a nivel físico por motivos de alimentación, tecnologías, educación académica, así como por evolución espiritual pues los espíritus encarnados ahora son más adelantados que los de antes.
Al ver los jóvenes drogadictos, alcohólicos, y dependientes de las medicinas. se observa que no tienen la formación ni académica ni empírica, que les permita lograr ese despertar espiritual y ese desprendimiento del espíritu del cuerpo para acercarse al Reino de Dios.
Desafortunadamente, se ve que las personas, especialmente jóvenes, son absorbidos por las culturas satánicas y los convierten en comunidades denominadas tribus urbanas, donde desarrollan incultura, indisciplina y si la obtienen es para afectarse a ellos mismos, sus familias y la sociedad. Algunos de estos grupos ya ponen en práctica principios que eran usuales entre los Cristianos, especialmente Católicos.
Veía la noticia que el papa Francisco Primero, al que los periodistas en masa la quitaron la parte de Primero. es muy interesante ver esas discusiones preparadas en todos los medios de comunicación, por lo menos, nacionales, donde se crecían haciendo la pantomima de tratar de convencer a los oyentes o televidentes que era un análisis no preparado o repentizado.
Cuando falta el alimento espiritual verdadero, el sujeto, entendido como el espíritu 'atrapado´ en el cuerpo, o mejor viviendo en el cuerpo digamos asignado, de manera inconsciente busca mecanismos que le ayuden a lograr ese acercamiento a Dios Padre y que en nuestras Escrituras Sagradas, ordenan o registran la orden de por lo menos realizar una Asamblea semanal, entendida como una misa.
En la Iglesia de san Francisco, observaba como los brujos, asistían a misa y les preguntaba porqué lo hacían. alguno de ellos me comentó, que dados ´los trabajos´, que hacían quedaban sancionados y no podían recibir la energía espiritual que todos recibimos durante la misa y que debían asistir allí para poderse alimentar de la energía divina que todos necesitamos.
Imagino que esa sanción se extiende ( en ellos los brujos)a los sueños que es la forma más natural de podernos alimentar y recuperar esa energía divina que nos da la fuerza para el obrar durante el día. y que por los pecados que todos tenemos al no obrar conforme a la Ley de Dios y sus mandatos, hacen que nuestro cuerpo se vuelva cada día más deteriorado, en lo que llamamos vejez y nos lleva a tener que dormir cada vez más frecuentemente en la edad que se denomina vejez o ancianidad.
El principio básico aquí es el denominado ´Centricidad de Pensamiento¨, que no es más que estar concentrado en lo que se hace sin desviar el pensamiento hacia otro tema o mientras se obra pensar. Por ello los deportes, la música, el estudio, trabajo, misa, etc., nos llevan a desarrollar ese fortaleza que hoy día se debilita aún más por la dispersión que generan los medios de comunicación, la internet y el poder ver o realizar varias cosas a la vez.
De tal manera que la meditación, que consiste en poner la mente en blanco, es decir, no pensar, si se desarrolla como disciplina fortalece el espíritu y permite en las horas divinas( durante el sueño) ir a los lugares más especiales. y que mas especial que el Reino de Dios o Reino de los Cielos.
El problema, es que los que nos enseñan esas herramientas o técnicas, nos lavan el cerebro y terminamos siendo anticristianos o adeptos a otras culturas o lideres religiosos. Porque junto con esa sabiduría y esas técnicas vienen herramientas como la fascinación, el encantamiento, sugestión e hipnosis( nuevamente, muy usadas desafortunadamente por los no cristianos o anticristos,
Mi recomendación es todo lo que se estudie sea aplicado y verificado desde nuestra teología cristiana, que nos sorprenderá porque vamos a encontrar que sin salirnos de la Biblia o contradecirla allí están estos mensajes.
En la parte del crecimiento espiritual y como consecuencia que viene a ser el despertar espiritual y que según nuestra teología es estar en estado de gracia, dicho de otra manera tener ojos para ver y oídos para escuchar, se puede lograr en nuestras horas divinas, o sea, durante nuestro sueño, desear fervorosamente ir en espíritu al Reino de Dios y al acostarnos, ojalá dormirnos con ese pensamiento. Lograremos no solo crecer sino empezar a traer el reino de dios a nuestro planeta. muy por encima de los malignos que lo hacen con propósitos nefastos para todos.
De esta manera, nos sobrepondremos al uso de las drogas alucinógenas y de los licores. O tener que actuar como vampiros energéticos, al estilo de los brujos citados en este escrito. especialmente, a los dependientes de las drogas como marihuana, cocaína y demás drogas malignas que nos tienen invadidos.
Finalmente, debemos recordar que la pelea no es entre cristianos sino con los anticristianos o anticristos, así mismo que bajo la premisa de libertades de culto ya nos nivelaron los malignos y hoy en día no se puede perseguir y se están ´armando´; por lo que debemos para la ´pelea´ en paz, sin oposición pedir ese asistimiento tanto en el día como en las horas divinas.