Una vez salido el pueblo judío de Egipto, Dios Padre,
“19:5 Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra.
19:6 Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa. Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel.
19:7 Entonces vino Moisés, y llamó a los ancianos del pueblo, y expuso en presencia de ellos todas estas palabras que el Señor, Nuestro Dios, le había mandado.
19:8 Y todo el pueblo respondió a una, y dijeron: Todo lo que el Señor, Nuestro Dios, ha dicho, haremos. Y Moisés refirió al Señor, Nuestro Dios, las palabras del pueblo.”
De lo anterior, podemos analizar que Dios Padre, si puede visitarnos, siempre que haya personas dignas para recibir su santísima visita. Al pueblo Judío lo quiso Dios Padre como ejemplo de toda la humanidad, lo que debe comprenderse incluidos todos los que cumplan el Pacto y su cumplimiento. Y, adicionalmente, se entiende por su pueblo los que guarden sus escrituras, por ello, Jesús el Cordero, con su ejemplo de mensaje a los, en su tiempo, gentiles, confirmó que todos podemos cumpliendo
“19:9 Entonces el Señor, Nuestro Dios, dijo a Moisés: He aquí, yo vengo a ti en una nube espesa, para que el pueblo oiga mientras yo hablo contigo, y también para que te crean para siempre. Y Moisés refirió las palabras del pueblo al Señor, Nuestro Dios.
19:10 Y el Señor, Nuestro Dios, dijo a Moisés: Ve al pueblo, y santifícalos hoy y mañana; y laven sus vestidos,
19:11 y estén preparados para el día tercero, porque al tercer día el Señor, Nuestro Dios, descenderá a ojos de todo el pueblo sobre el monte de Sinaí.
19:12 Y señalarás término al pueblo en derredor, diciendo: Guardaos, no subáis al monte, ni toquéis sus límites; cualquiera que tocare el monte, de seguro morirá.”
Entonces, en la visita de Dios Padre, Suprema Inteligencia, debemos estar bien vestidos, consagrados, con tres días mínimos de preparación, es decir, tres días antes de las grandes festividades ordenadas por Dios Padre, Nuestro Señor, debemos apartarnos y dedicarnos a preparar tales eventos, lo que implica oración, pensamientos puros o no mundanos, alistar todas las actividades como cuando vamos a pasear, recordando lo que dijo el Cordero, que el día de descanso es para el hombre y no el hombre para el día de descanso, que en ‘cristiano’ , es dedicarnos a nuestras cosas, descanso entre otras como preparativo a las festividades.
En la parte final del segmento anterior se nos habla claramente de lo que nos puede pasar sino estamos puros totalmente para la visita del Señor, de seguro morirá(n) aquella(s) persona(s), así mismo, en el comienzo nos habla de la forma en que viene, es decir, a través de una nube espesa y realiza la aclaración para que a partir de ello le creamos para siempre.
“19:15 Y dijo al pueblo: Estad preparados para el tercer día; no toquéis mujer.
19:16 Aconteció que al tercer día, cuando vino la mañana, vinieron truenos y relámpagos, y espesa nube sobre el monte, y sonido de bocina muy fuerte; y se estremeció todo el pueblo que estaba en el campamento.
19:17 Y Moisés sacó del campamento al pueblo para recibir a Dios; y se detuvieron al pie del monte.
19:18 Todo el monte Sinaí humeaba, porque el Señor, Nuestro Dios, había descendido sobre él en fuego; y el humo subía como el humo de un horno, y todo el monte se estremecía en gran manera.
19:19 El sonido de la bocina iba aumentando en extremo; Moisés hablaba, y Dios le respondía con voz tronante.”
Recuerda éste último párrafo que no se deben tener relaciones sexuales en los tres días anteriores a una actividad religiosa especial como parte de la consagración y no sobre decir que lo mismo es referente a los demás actos.
Y el Señor, Nuestro Dios, viene en forma de fuego, nos visita Y PODEMOS HABLAR CON ÉL.
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