lunes, 1 de agosto de 2011

LA INGENUIDAD

La ingenuidad si es cosa de la cual no se escapan siquiera los dioses, porque si el planteamiento que expuso Jesús, el Cristo, el Cordero, -todos somos dioses-, dicho de otra manera- hechos a imagen y semenjanza de dios- otra vez, somos dioses, en espíritu, claro está-, tenemos en semilla o potencia todo lo que posee el Padre Santísimo, Suprema sabiduría, porque así lo quiso él, Supremo Hacedor, ... que partiendo de la buena fé, principio del derecho, creen que todos dicen la verdad porque no tienen intereses ocultos más que el bienestar general- por ello, también el Hijo del Hombre, planteaba que fuésemos ágiles como gaviotas y astutos como serpientes-.

"Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; 3:5 sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal. ...". Lo que confirma que, los dioses también son ingenuos y aunque sepamos la diferencia entre el bien y el mal y hablemos directamente con Dios Padre, somos como los niños, es decir, tenemos que hacer el curso. y que aunque seamos perfectos en cuanto a la aplicación de la Ley podemos caer en tentación y sobretodo que si somos abordados por energías bajas podemos absorverlas y terminar rechazando o haciendo lo indebido porque tales energías nos pueden afectar haciendo que la Ley nos vende.

"...Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás...", parece que el plan de Dios era que su pueblo- el hecho por su propia mano- viviese eternamente y fuése la luz, de la obra de su creación. implanta su el trabajo para la consecución del bienestar y la riqueza- lo que implica que en estado de gracia, no se requiere de tal ejercicio más que desear y materializar- como la materialización de los peces y los panes por el Cordero, el Cristo- o de la alimentación de la energia espiritual o universal; y dice el Padre Celestial, que tal pecado hace que la muerte aborde también al linaje de los Hijos del Hombre.

"Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del huerto de Edén querubines, y una espada encendida que se revolvía por todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida. ...", de tal manera que lo que es dado para el ser humano está limitado perfectamente y si toma lo que no es debido rompe el pacto a perpetuidad con el Supremo rey Hacedor de todas las Cosas, y entonces establece que haya ángeles que impidan el paso y con su espada rechacen o aniquilen a los osados que burlen sus mandatos.

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